jueves, 6 de diciembre de 2012

 
 
PAUTAS PARA PREVENIR LA AGRESIVIDAD INFANTIL
 
 
1º. HABLEN CON SU HIJO


Explíquenle que las conductas violentas como arañar o pegar son inadecuadas y las consecuencias
 
negativas que tienen para los demás niños y para él mismo.


2º. NO EXPONER A ESCENAS VIOLENTAS


Deben evitar a toda costa que los niños presencien escenas violentas, ya sean en películas,
 
videojuegos, espectáculos deportivos, etc.
 
Los niños no distinguen entre la realidad y la ficción y tratarán de reproducir esas situaciones en su
 
vida real.


3º. EJEMPLO EN EL HOGAR


Los niños aprenden por imitación, el ejemplo que le den a su hijo o hija será decisivo.
 
El niño debe ver en sus padres un modelo de afrontar las situaciones dialogando, negociando, pero
 
sin recurrir a la física o verbal. Tengan en cuenta que su hijo les observa y escucha siempre.


4º. ENSEÑELE OTRAS OPCIONES


Los padres deben enseñarle de manera concreta alternativas a su conducta, es decir, cómo puede
 
resolver las situaciones de otra manera.
 
Esto se suele hacer a partir reflexionando sobre episodios sucedidos en el colegio o en contacto con
 
otros niños, por ejemplo, en el parque.
 
 
 
5º. NO REFUERCE LAS CONDUCTAS AGRESIVAS


Sin querer, muchas familias “premian” el comportamiento agresivo de su hijo. Bromeando, presumen
 
de esta forma de ser ante otros familiares y amigos con comentarios como "preferimos que él pegue a
 
que le peguen". De esta forma están aprobando el comportamiento de su hijo o hija.
 
En otros casos, se etiqueta al niño como “pegón”, lo que también refuerza este tipo de conductas.


6º. ELOGIE Y APRUEBE


Sorpréndalo resolviendo las situaciones adecuadamente, con sus hermanos u otros niños. En esos
 
casos, préstele una especial atención, elógielo y apruebe su conducta.
 
Será una forma muy concreta de decirle: "así me gustaría que actuaras la próxima vez"
 
7º. ADOPTE MEDIDAS


Cuando el niño pegue o agreda a otro niño, adopte medidas de manera que ese comportamiento tenga
 
consecuencias negativas. Las medidas se deben adoptar lo antes posible.
 
En primer lugar regáñelo y déjele bien claro que no quiere que se comporte así.
 
Si acaba de presenciar una reacción violenta, utilice la técnica de "tiempo fuera": déjelo en un lugar
 
aburrido pero supervisado, tantos minutos como años tiene.
 
Otra forma de actuar, consiste en retirarle algunos privilegios: como no poder ver la TV, o retirlarle
 
un juguete. Aquí, el criterio general será retirárselo tantas horas como años tiene.


8º. SI NADA FUNCIONA


Si a pesar de todas las medidas, y pasado un tiempo prudencial el niño o la niña continúa con una
 
conducta agresiva, sería necesario que un especialista valorara el comportamiento para proponer un
 
programa de mejora más personalizado.
 

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